Orla Hasson, coach sistémico
Hay momentos de la vida que se te quedan grabados. Esos momentos en los que sientes un clic, la conexión de corazón, y te impacta. Todavía me acuerdo de un encuentro en Arantzazu, recién llegada, con Juan Ignacio Larrea. Fue un día de verano con mucho sirimiri y me encontré en la puerta del convento, con el que ahora considero gran amigo, decidiendo si salir o no. Me miró y dijo “Es un buen día para ir dentro.” Y lo fue…
Esta cuarentena nos ha venido mal por las razones que cada uno, desde su propio barco, haya vivido, y también nos ha venido bien. Nos ha ofrecido la oportunidad de ir dentro. Más que sirimiri nos ha parecido un tsunami, y nos ha forzado dentro. Dentro de nuestros hogares, nuestras residencias y nuestras mentes y corazones… Y allí hemos encontrado los momentos de luz, de conexión y de sentido en todo esto.
Hemos tenido que simplificar y aquí hemos conectado más con nosotros mismos, con nuestros familiares y vecin@s. Hemos revisado a fondo lo que tenemos en casa, los armarios y baldas, lo que comemos, cómo trabajamos y nos cuidamos. Hemos hecho todo más despacio. Hemos hecho demasiado tal vez, o demasiado poco también, pero lo mas interesante… hemos visto lo que realmente importa.
En el trabajo hemos perdido mucho. Estabilidad. Ritmo. Contacto. Y aquí también hemos conectado con lo que más importa. Manteniendo el contacto con l@s compañer@s más claves para mí, a nivel práctico y emocional. Enfocándome en las prioridades en estos momentos. Y volviendo a lo básico, lo más fundamental de lo que hacemos.
Ir dentro en mi mundo profesional es volver a conectar con el sentido que tiene para mi.
Durante las últimas semanas hemos estado mucho en el QUÉ hago, QUÉ hacemos y CÓMO. ¿Cómo consigo hacer lo que hacía antes en este nuevo paisaje? ¿Cómo llego a la misma forma, pero de otra manera? ¿Qué tengo que priorizar y cómo lo hago?
Ahora la pregunta tiene que ahondar aún más. Si el momento nos está pidiendo que creamos un nuevo paisaje, nuevas formas de estar en el mundo, nuevas maneras de cuidarnos y cuidar a nuestros clientes y usuarios, entonces es el momento de volver a preguntarme PARA QUÉ hago/hacemos esto que llevamos un tiempo haciendo.
Si la respuesta es para darles de comer a la familia, está bien… Es importante, pero… no te va a sostener cuando las dificultades emerjan. No te va a motivar ni dejarte ser creativo ni valiente ante un camino que está por hacer. Un camino que nosotros tenemos que crear.
La ansiedad y la incertidumbre nos pueden llevar. Hay gente en las calles, en las terrazas, en la oficina… ¿Podría ser que volvamos a lo de antes? Si quieres seguir sufriendo puedes seguir resistiéndote al cambio. Pero el cambio ya está con nosotros. Hay que ir a buscarlo. ¿Cómo?
La fuerza está en la fuente. Cuando empezaste este proyecto o carrera o puesto, ¿para qué lo hiciste? ¿Para qué arrancaron el proyecto los fundadores? ¿Cuál fue su motivación, su intención? ¿Cómo lo consiguieron en su momento?
Antes la mayoría de nosotros vivíamos desde fuera hacia dentro. ¿Qué espera la vida, mi familia, los jefes, los clientes… de mí? ¿Qué tendencias se llevan ahora en el mundo? ¿Cómo me ven… o cómo veo yo a los demás…? Ni la creatividad ni la innovación residen allí.
La creatividad y la innovación están en ti y en tu organización. El cambio está en ti. Está en lo que tu sabes y lo que no sabes todavía. Esta en tus dudas e inquietudes. Esta en tus respuestas, ideas e intuiciones. Solo requiere una mirada hacia dentro. Dentro de nuestra organización, dentro de nuestros equipos, dentro de nosotros mismos.
Entonces, aunque sabemos que el pasado, pasado está, y que jamás volveremos a vivir como antes… Mientras las terrazas se llenan y las calles y tiendas también y parece que lo de antes volverá…
¿Qué vas a hacer para seguir cuidando lo que realmente importa?
¿Qué vas a hacer para actuar desde dentro hacia fuera?
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