Orla Hasson, coach sistémico
E
n marzo 2020, dos meses antes de la incomprensible muerte de George Floyd el 25 de mayo en los EEUU, apareció en el periódico El Publico un artículo sobre el racismo policial en España. SOS Racismo ya advertía que los casos de racismo policial en la cuarentena estaban aumentando. Ya había casos aquí. Y aunque los EE.UU. parece ser un país complicado y lejano, gracias a la perturbadora muerte de un hombre allí, y el movimiento mundial que ha surgido, tenemos todos la oportunidad y la obligación de mirarnos a nosotros mismos. De ser honestos y preguntarnos, en un entorno de racismo sistémico ¿cómo contribuyo al movimiento de igualdad y antirracismo que favorece una convivencia que promueve el amor entre la raza humana? O ¿Cómo estoy contribuyendo al racismo institucional que existe? Y ¿Qué puedo hacer de diferente para que este cambio se integre en nuestra sociedad?
Las empresas y organizaciones son imprescindibles en este movimiento. Desde mayo el tema que más aparece en los “posts” de mis contactos profesionales en LinkedIn dan fe de ello. Expresan mensajes antirracistas y, sobre todo, tristeza por el nivel de racismo existente y nuestra parte en ello. Esto es importante. A nivel mundial el movimiento #BlackLivesMatter nos hace ver a nosotros mismos. Las reacciones van más allá de la condena. Son reacciones que reconocen la responsabilidad que tiene cada uno de nosotros en semejantes actos.
Hubiera sido fácil ver la muerte de George Floyd como un acto particular de racismo en un país donde sabemos claramente que existe… separarnos de la incidencia, juzgarles y distanciarnos del odio que esta detrás. Parece haber 4 personas culpables de la muerte de George Floyd. Cuatro policías y una quinta persona, la que estuvo detrás de la cámara. Un testigo que posibilitó que esta incidencia se viera a nivel global; que nos hizo vernos en el espejo; que nos hizo ver, no un caso aislado, sino lo peor de la humanidad y un problema profundamente sistémico. Un testigo que hizo surgir un movimiento colectivo y global.
¿Por qué? Porque el Covid 19 nos ha impactado como sistema humano y nos ha hecho vernos como tal. Y porque en un momento de distanciamiento social y ansiedad sobre el futuro las personas buscamos un sentido, un propósito a seguir. Una causa llena de valores positivos da este sentido a muchas personas.
El racismo y la desigualdad existen. Es sistémico. Siendo sistémico entendemos que nosotr@s tod@s formamos parte del ello. Pensar que no, es declarar nuestra inocencia y el inocente no actúa. Con lo cual seguimos siendo parte del problema. Sin ser capaces de observarnos, aprender y actuar. Existe la desigualdad en nuestro entorno, en nuestra ciudad, en nuestro pueblo incluso en nuestro día a día. En las calles, en los comercios, en las empresas y las instituciones. Cada un@ de nosotr@s podemos ejercer uno de estos tres roles en este sistema: víctima, perpetrador o testigo. Cada papel tiene su perfil y los encuentras en las organizaciones, en las familias, y en ti mism@.
La victima sufre el impacto y consecuencias de las políticas y creencias de las personas, instituciones y organizaciones de las que forma parte. Se queda en el “No puedo” y sufre o se paraliza. El perpetrador juzga a los demás, o incluso a si mism@ entonces aumenta la tensión sin mejorar las circunstancias. El testigo tiene dos opciones: a) observar desde la distancia, mantenerse allí sin actuar; b)observar siendo consciente de su parte en el sistema, aceptar y afrontar.
Entonces nos toca observar. No desde la distancia sino desde un acercamiento a nuestros sistemas desde la curiosidad y la apertura. Desde una mente y corazón abierto hacemos preguntas;
¿Somos una organización/sociedad diversa?
¿Qué oportunidades podríamos crear para promover la igualdad, dentro y fuera de nuestra organización?
¿Qué obstáculos existen en nuestra organización o nuestra localidad en la creación de un entorno antirracista? ¿Qué 2 cosas podríamos hacer para afrontarlos?
¿Qué oportunidades se presentan para nosotros este avance en la consciencia a nivel global?
¿Como organización, y como líderes, qué dos pasos podríamos dar que son activamente antirracista, para así contribuir a una evolución a mejor?
Sería fácil decir que en mi entorno el problema no existe porque no hay tantas personas de origen africano. Entonces estaríamos negando la realidad y declarándonos inocentes y libres de responsabilidad. Las hay. Autóctonos e inmigrantes. Entonces observa. Observad. Preguntad. Escuchad. Escuchad. Y no dejar de escuchar desde un corazón abierto y curioso. Desde allí poco a poco nos pondremos a andar por un camino mas amoroso, con mas sentido que antes. Poco a poco desde la voluntad abierta daremos pasos reales en un momento de la historia en la que cada paso cuesta y cada paso cuenta.
¿Qué paso darás tu? ¿Cuáles son los valores que identifican a tu organización? Y ¿Cómo los entenderán en un futuro?