Orla Hasson, coach sistémico
¿Podríamos celebrar un poco? El otoño trae eso. La oportunidad de cerrar y celebrar. El planeta sigue girando con sus ciclos naturales y la incertidumbre sigue acompañándonos. ¿Tienes razones para sentirte satisfecho?
Seguro que sí. Paso a paso vamos avanzando, abriendo y cerrando caminos. Buscando cuidarnos, y cuidar a los demás.
¿Eres una persona que le encanta abrir caminos nuevos, con energía e ímpetu? O ¿Es que te cuesta tanto cerrar que a veces te encuentras estancado en un mismo lugar?
La mayoría de nosotros nos encontramos entre esos dos polos.
Y los cierres son inevitables… Cada ciclo tiene un cierre. Cada proyecto tiene su fin. Cada cambio trae su final de capítulo para abrir espacio al siguiente.
En la naturaleza, cada año, las estaciones nos marcan los ritmos que dictan el cuidado de la tierra. Cuándo sembrar, cuándo recoger y disfrutar, cuándo preparar el terreno para descansar y cuándo dejarlo reposar, con la expectativa de que algo llegará. La naturaleza sabe que el invierno, con toda su nada, es necesario como preparación para el siguiente ciclo, que llegará cuando tenga que llegar.
Te invito a echar una mirada atrás, a los últimos 6 meses, y hacer una reflexión a nivel personal, profesional y espiritual.
- ¿Cómo me encuentro en este momento?
- ¿Qué hemos aprendido o en qué hemos cambiado en este ciclo pasado?
- ¿Cuáles son los recurso personales, relacionales y espirituales que me han acompañado a este punto en el que me encuentro ahora? ¿Cómo los puedo reforzar, honrar, agradecer?
- ¿Qué se está cerrando y qué abriendo para mi?
Como seres humanos tendemos a fijarnos en la escasez: lo que no tenemos, lo que no estamos haciendo, lo que otros han hecho mal. Es una opción. Una opción que nos da información, pero existe otra opción, esa que nos permite cuidar el equilibrio y mirar la realidad del momento más allá de una única percepción: mirar lo que sí tenemos, lo que sí estamos haciendo para cuidarnos y mantenernos sanos y presentes. Puede que necesitemos las dos perspectivas a la vez. La de la escasez, para saber en qué necesito enfocarme para avanzar, y la de la abundancia, para reconocer lo que ya está y que me apoya. Es cuestión de equilibrar la perspectiva. Y la perspectiva te puede liberar.
A veces vivimos los cierres de ciclo —relacionales, profesionales o experienciales— de una forma, en ocasiones, dolorosa. Pensamos que un proyecto o relación no funciona por aquello que hicimos mal. Sabemos que hay que cerrar y que va a doler, y si lo hacemos de forma no-consciente duele más.
Los sistemas necesitan sus cierres conscientes, y las personas también. Un cierre o final es imprescindible para crear espacio para lo que tenga que venir. Los sistemas humanos son sistemas tan vivos como la naturaleza y para asegurar su supervivencia cada x tiempo produce los cierres necesarios para abrirse al cambio y la evolución. La cuestión no es si terminamos algo. La cuestión es cómo gestionamos estos cierres de forma consciente para aumentar el impacto positivo que el futuro pueda tener, para mí y para los demás.
Lo siguiente son pautas para apoyarnos en la gestión del cierre de ciclo, independientemente de si es un cierre que eliges, o si es uno que otro elige por mí:
Aceptación: Lo que se, ya lo sé. No puedo no saberlo. Puedo arrastrarme en el tiempo e ignorarlo, pero el impacto se sentirá más allá de mí. Por lo tanto, cuando veo el cierre de algo, no es ni malo ni bueno. Simplemente es. Lo aceptamos. Lo asimilamos.
Entender: Es bueno ser curioso y escuchar. En vez de atascarme en la emoción, hago algunas buenas preguntas.
- ¿Qué me pasa? ¿Qué les pasa (compañeros, familia, responsables)? ¿Qué está pasando (en la organización/la sociedad)?
- ¿Qué hemos hecho para llegar a este punto? ¿Y qué no?
- ¿Qué es necesario ver, entender y aprender ahora?
- ¿Cuál es un buen siguiente paso para dar?
Agradecer: En todo lo vivido es importante reconocer todo lo que nos ha traído hasta este momento del ciclo. Algo que nos ha hecho embarcar en un proyecto de vida u otro. Algo que nos ha mantenido aquí. Sistémicamente es fundamental reconocer a las personas, las experiencias adquiridas tras haber caminado un rato con ellos. Si es el otro el que se va del proyecto o de la organización, también es importante que se sienta reconocido por todo lo que ha contribuido hasta llegar a este punto en la evolución.
Aprender: Para llevar la información a otras fases de mi vida.
- ¿Cómo he/hemos gestionado este ciclo de trabajo/de cierre?
- ¿Qué hemos hecho bien que me/nos fortalece para el futuro?
- ¿Qué podríamos haber hecho mejor? ¿Queda algo por hacer?
Honrar: Frame it! Con un ritual, una buena cena, un paseo en el monte y un grito en la cima… lo que sea… Recoger el momento. Celebrarlo. Mirarlo con amor.
Soltar: Dejarlo ir. El momento. La persona. La organización. El proyecto.
Reposar: Respirar. Donde hay vacío buscamos llenarlo de cosas. Actividades. Pensamientos… Ten fe. Deja reposar. Este es el momento mas hondo y para la naturaleza el invierno puede ser muy oscuro… Y es parte del ciclo. El espacio que creas estará abierto a lo que viene… Lo más seguro es que la primavera volverá…
Puede que sólo te faltara el guion. Aquí lo tienes. Hazlo tuyo y vive mejor tus cierres para sembrar un futuro mejor.
Ante la duda aquí estaré: www.orlahasson.com
Entonces nos toca observar. No desde la distancia sino desde un acercamiento a nuestros sistemas desde la curiosidad y la apertura. Desde una mente y corazón abierto hacemos preguntas;
¿Somos una organización/sociedad diversa?
¿Qué oportunidades podríamos crear para promover la igualdad, dentro y fuera de nuestra organización?
¿Qué obstáculos existen en nuestra organización o nuestra localidad en la creación de un entorno antirracista? ¿Qué 2 cosas podríamos hacer para afrontarlos?
¿Qué oportunidades se presentan para nosotros este avance en la consciencia a nivel global?
¿Como organización, y como líderes, qué dos pasos podríamos dar que son activamente antirracista, para así contribuir a una evolución a mejor?
Sería fácil decir que en mi entorno el problema no existe porque no hay tantas personas de origen africano. Entonces estaríamos negando la realidad y declarándonos inocentes y libres de responsabilidad. Las hay. Autóctonos e inmigrantes. Entonces observa. Observad. Preguntad. Escuchad. Escuchad. Y no dejar de escuchar desde un corazón abierto y curioso. Desde allí poco a poco nos pondremos a andar por un camino mas amoroso, con mas sentido que antes. Poco a poco desde la voluntad abierta daremos pasos reales en un momento de la historia en la que cada paso cuesta y cada paso cuenta.
¿Qué paso darás tu? ¿Cuáles son los valores que identifican a tu organización? Y ¿Cómo los entenderán en un futuro?