Últimamente me están preguntando varios clientes ¿Qué hay que hacer para que el equipo te acompañe en los cambios o en los proyectos nuevos?
¡Cómo me gusta la pregunta! Suena a optimismo y a posibilidad. Ahora es un muy buen momento para tener fe y dar pasos sin saber exactamente el camino a trazar. Esto es innovar.
Hace muchos años entré en la oficina donde trabajaba mi hermana mayor en una empresa de reclutamiento en Londres. A su derecha, pegada a la pared había una pizarra que ponía los retos económicos de las semanas y dónde estaban ellos cada día en relación a esos retos. la pérdidas estaban marcadas en rojo y bien grande, se veía claramente que estaban muy muy lejos de conseguir los retos, todos los días de las semanas…. “¿No te deprime esto?” Le dije. “Ni la veo” fue su respuesta. Ahora tiene su propia empresa en Oxford Street, y no tienen una pizarra roja…
Cuando una organización o un líder tiene claro el propósito, y el equipo está alineado con los valores, el camino sale de forma mucho más fluida. Las personas trabajamos para ganar un sueldo, está claro, pero el dinero no es lo que nos motiva. En estos momentos, las organizaciones y líderes que tienen claro la visión son, como los juncos, flexibles y enraizados.
La única certeza que tenemos en tiempos de incertidumbre es el cambio. Entonces, las organizaciones que se están moviendo hacia la creación de proyectos nuevos y cambios organizativos son organizaciones que están cuidando su futuro a través de la conexión con sus equipos desde el aquí y el ahora, con lo que tenemos.
Es un momento difícil. Claro que sí. Necesitamos tener compasión con nosotros mismos y con los que nos rodean. Compasión para realmente dejarnos pasar por la experiencia real de este momento histórico, y para entender a nuestros compañeros y prójimos también.
A la vez necesitamos motivarnos. Sentirnos conectad@s con aquello o con aquellos con los que trabajamos y nos movemos. Necesitamos tener el coraje y la fe, a veces ciega, para dar pasos sin saber las coordenadas exactas del punto de destino, sin saber con claridad las razones por las que el camino nos lleva hacia allí.
Lo que nos da coraje es la conexión con el propósito. La conexión de las personas con el propósito de los cambios y los proyectos hace que el sistema florezca, la creatividad aumente y las probabilidades de éxito también. Cuando no, aumenta la desconexión y el estrés siendo el impacto es sistémico.
Es entonces cuando necesitamos a las personas, a los equipos y a los líderes alineados, motivados para crecer en eutonomía. ¿Cómo lo hacemos? Incluyéndoles en cada paso, orientando y motivando, da igual tu posición en la jerarquía.
Orientar:
¿Tienes clara la Visión Global o el Para Qué de la organización? ¿Conectas con ella? Cuando una idea, proyecto o cambio va emergiendo —da igual si eres un responsable u otro miembro del equipo— la idea puede fundarse en la Visión Global que os guía. El sentido que tiene la propuesta que sea, se encuentra allí. Las personas suelen saber qué tienen que hacer, y cómo, pero les motiva saber PARA QUÉ. Cuando eso está entendido y explícito, los objetivos inmediatos encuentran su raíz allí, y las personas conectarán más con la dirección en la que va esta nueva propuesta.
Los valores marcados por las personas fundadoras, la ética del desarrollo empresarial que ha llevado a la creación de la organización junto con los valores actuales, pueden estar presentes en las conversaciones, en los reconocimientos, en las reuniones. Lo importante es saberlos. Hablar de ellos y conectar a los proyectos y las personas con ellos. Así tendremos credibilidad en el presente y conexión con los momentos fundacionales, con la raíz y tendremos también, marcadores en el camino incierto para motivar y guiar en el presente.
Estos dos primeros puntos son importantes por la conexión entre el pasado, el presente y el futuro que quieres crear. Todos sabemos que cuanto más fuertes las raíces, y más alimentadas estén, más florecen los arboles. Las personas y las organizaciones también. Alimentando la raíz, conectándola con las condiciones de hoy, el alcance es infinito.
Motivar:
Cuando una idea o un proyecto va emergiendo, buscar desde el principio multiplicadores y colaboradores. Personas que les podría motivar tu idea y que podrían ayudarte a desarrollarla, tanto en cuanto a los procesos como a las personas y su “buy in” —su apertura a ello. Cuando soy participe en el plan, entiendo mejor y sé cómo contribuir más y mejor. Así que reuniones frecuentes e incluso en las fases de gestación del plan, ayudan a marcar caminos, aumenta el sentido de equipo, y profundiza la reflexión y generación de ideas.
Cultivar una cultura de compartir abiertamente los éxitos, planeados e inesperados da la sensación de crecer en el buen camino. El ser humano en su necesidad más básica, necesita ser visto. El reconocimiento por los hitos conseguidos, o simplemente por una manera de hacer las cosas, hace esto. Y nos motiva un sin fin.
Cultivar una cultura de compartir los errores, a la larga, nos hará mucho más resilientes. Aquí es donde desarrollamos un “growth mindset”. Una apertura a crecer, incluso teniendo que pasar por el dolor del fallo, la vergüenza, el fracaso, nos hace levantarnos más rápidos después de las caídas. Y habrá caídas. Nadie sabe caminar sin aprender a caer primer..
Celebrar los avances nos da la sensación de avanzar, y cuando he formado parte del camino desde el inicio, esto es luz para mi. Es una forma de ver con claridad los marcadores del camino nublado, y me anima a dar un paso más y otro paso más en lo desconocido. Sabiendo que nos mueve la ola del sentido, en la Visión Global.
¿Tienes clara la Visión Global y los valores de tu organización? Si no, pregunta por ellos. Haz que estén a la vista de todos. Promueve un proyecto de comunicación que refuerce. Y recuerda que si quieres apoyo en el camino, aquí estaré.
Cada año la mayoría de nosotros marcamos ciertos compromisos. Decimos que para finales de enero los pondremos en marcha, y para finales de febrero están más o menos olvidados… Si esto no eres tú te felicito por no ser de “la mayoría…”
Las opciones son múltiples. Puedo perder peso, dejar de fumar, hacer más deporte, ahorrar dinero… Está claro que tú puedes cumplir con el compromiso que eliges. Siempre y cuando realmente quieras…
Arrancando 2021 ¿qué es lo que te podría motivar? La emoción promueve la acción y el compromiso. Sin la emoción no va a haber avances. Si no quiero cambio, me faltará la energía para cambiar y todo seguirá igual…
Un factor motivador a veces es el impacto que tendría este u otro cambio en los demás, y para ayudarnos a ver qué cambios podríamos hacer tenemos la herramienta potente y a veces frágil de la Retroalimentación (Feedback). En la naturaleza la retroalimentación es fundamental para sostener el equilibrio en el ambiente; sostiene y refuerza sistemas que parecen estar bien, mientras altera e influye en sistemas que no.
Richard Rorh, cura franciscano norte americano, habla de las etapas de la vida y el camino espiritual en términos de Orden - Desorden - Reorden. La teoría U de Otto Scharmer marca un camino parecido en las fases de Descargar - Reflexionar - Prototipar/Crear. La Retroalimentación es una herramienta de desorden y de reflexión, donde lo normal es que haya algo de sufrimiento, para que haya un movimiento de Reorden que va a favor de la vida y lo que realmente queremos conseguir.
Al final del año 2020 muchas personas experimentan el Feedback en la valoración del año. En este artículo pretendo aclarar lo que es Feedback, y lo que no es, y cómo lo podemos estructurar de forma constructiva, aceptando que en las conversaciones difíciles hay emociones de por medio.
Estructura:
En el caso de agilizar el feedback e integrarlo en nuestro día a día es suficiente seguir los últimos 5 puntos, y las conversaciones pueden durar una hora o 5 minutos. La conversación, independientemente de lo que dure, dará información. Y la información es poder. Poder hacer. Poder cambiar. Poder elegir.
¿Cómo gestiono la reacción negativa ante la critica constructiva? Empatiza, respira e indaga. Noto que te ha frustrado lo que he dicho, ¿qué es lo que piensas? ¿cómo lo ves? Integrar la emoción es mejor que confrontarla o evitarla. Por algo está. Igual ha habido un mal entendido o la persona no está de acuerdo. Perfecto. Dialogamos a base de datos.
No dejamos las valoraciones para verano ni para navidades… Cultivamos en 2021 una cultura de Retroalimentación. Es un año retador y un año para cuidar a las personas. Ser claros es cuidar. Compartir información y dudas es cuidar. Una persona y un proyecto avanza mucho mejor cuando se tiene la información del otro. Y si eres un líder de personas y tu equipo no te ha dado feedback, enero es un buen momento para escuchar, para reforzar la confianza y la conexión. Muchísimas relaciones se rompen por su ausencia.
Recibiendo el feedback hazlo desde la curiosidad de la mente abierta, ayudar al otro a ser constructiv@ y no caer en las interpretaciones. Empatiza, indaga. El feedback, utilizado por todos los maestros religiosos incluso, es un regalo, y como todos los regalos, el receptor hará lo que decida con ello. El dador lo entrega cuidando.
Piensa en tu ultima conversación de feedback, en el ámbito profesional e incluso, de una forma menos obvia, personal. ¿Qué te ha ido bien y qué cambiarías para una siguiente vez? ¿En qué ámbitos o proyectos ves beneficioso una conversación de retroalimentación? ¿Cuándo lo harás?
Happy New Year! Que esté lleno de liderazgo y auto liderazgo consciente. Aquí estaré.
Ante los cambios inesperados o grandes el ser humano tiende al miedo. El ser humano y todos los animales de la tierra. Es normal y natural. No nos gustan los cambios. Incluso los elegidos, si son cambios importantes y grandes, cuestan.
La verdad es que la evolución del ser humano mismo es una serie de cambios. Entonces ¿por qué nos cuesta tanto?
Es un momento muy incierto. No sabemos qué va a pasar el día de mañana, ni en los próximos meses, y esto no nos gusta. De hecho, el no saber nos hace sentir inútiles.
Al mismo tiempo llevamos ya 8 meses dando pasos, o para sostenernos en el mismo sitio para no caer, o para caer lo mínimo o para avanzar un poquito. Podríamos reconocer y estar orgullosos de haber colaborado para salvar proyectos o iniciar nuevos. Nos hemos apoyado mutuamente ante los líos de las bajas y los sustos y los cambios organizativos, y la soledad. La segunda ola viene a reforzar lo que hemos ido recuperando en la primera –nuestra capacidad de crear, colaborar y posiblemente evolucionar. Es una opción.
En realidad, nuestro miedo ante el cambio es igual de natural y común como lo es nuestra capacidad de adaptarnos a ello. Ante una crisis o susto el ser humano busca canalizar su energía de la forma más eficaz posible. Tener miedo requiere un montón de energía para mantener al cuerpo entero en un estado de emergencia. Rechazar el cambio requiere una serie de procesos mentales y emocionales que requiere una sobrecarga de energía que al medio-largo plazo tiene su impacto.
Una vez pasada la primera reacción fuerte es importante gestionar el grado de miedo para poder cuidar nuestro bienestar y el de las personas que nos rodean, para así dar pequeños pasos en la niebla, y para ahorrar energía.
Aquí comparto 3 enfoques que vienen a través del trabajo del médico especialista en la gestión del estrés, Dr. Mario Alonso Puig. Los enfoques nos conectan con la tendencia natural del ser humano a adaptarse al cambio.
Los 3 enfoques de nuestra naturaleza son los que sostienen y impulsan nuestra adaptación para reducir la respuesta del estrés y cuidarnos.
Entonces
Paso a paso vamos creando el camino. Mejor crearlo que esperarlo ¿no crees?
En enero de este año escribí un artículo describiendo el término VUCA. Predecía que iba a ser un año Volátil, Incierto (Uncertain), Complejo y Ambiguo. Jamás podríamos haber sabido hasta qué punto. Hoy, terminando el año y de forma casi poética, os quiero ofrecer otra interpretación del término.
El original nace del ejército americano para describir la cambiante, caótica y desafiante guerra en Irak. Hoy en día, se usa de forma natural en los ámbitos de la política y la empresa para describir perfectamente este momento histórico.
El Instituto Para El Futuro (The Institute for the Future) es una organización sin ánimo de lucro, situada en California, que hace predicciones sobre los próximos diez años del futuro basándose en patrones históricos y las posibles tendencias de los próximos 50 años. Ellos nos ofrecen la siguiente interpretación del término que busca crear una forma de navegar estos tiempos VUCA. Aquí pongo las dos para que veamos el diagnóstico y la medicina, mano a mano.
Volátil — Visión
Uncertain — Understanding
(Entendimiento · Ulermena)
Complejo — Claridad
Ambiguo — Agilidad
Fragilidad v’s Agilidad — Vulnerabilidad + Resiliencia.
En un entorno Volátil lo único seguro son los cambios constantes. Cambios constantes generan estrés en el ser humano que normalmente gestiona su energía de forma útil y meditada. Ante los cambios importantes sentimos emociones que requieren muchísima energía, como el miedo y la frustración. Entonces buscamos, por naturaleza, adaptarnos. Lxs líderes de organizaciones y equipos ayudan a las personas guiándonos con su VISIÓN del futuro. Sin ello las personas se quedarán en la niebla y en la inseguridad, aumentando los errores y bajando el nivel de productividad.
Las organizaciones que lideran ahora desde una visión de futuro a largo plazo, bien definida y comunicada, son las que tienen más posibilidades de sobrevivir para verlo, porque tienen a su gente enfocada y capaces de tomar decisiones y ejecutar desde su propio ámbito de responsabilidad, sea cual sea.
Lo importante es que exista una visión de futuro. El hecho que exista asegura que estemos pensando en ello. Vemos futuro. Una visión suena grande, pero ¡no tiene porque serlo! Es tu estrategia para navegar en esta niebla, siendo capaz de ver el destino sobre el mapa. Las personas que saben hacia donde van son personas más autónomas, menos estresadas y más capacitadas para manejar esta tormenta.
Entender a las personas que me rodean es la medicina que alivia el malestar de la incertidumbre. Todos nos vemos empáticos y generosos a la hora de entender a los demás, pero ¿a mí qué??? A ti te toca modelar, respirar y avanzar. El entendimiento se puede captar con tres claves
Ser claro en los mensajes es posible incluso en un mundo ambiguo y complejo. Las complejidades vienen porque cada decisión incluye más factores y porque los resultados no son tan seguros. Claridad es una herramienta terapeutica porque inspira confianza. Ojo. La claridad no es certeza. Es solo claridad. Claridad en la dirección que vamos. Claridad en las peticiones que hacemos. Claridad sobre los resultados que queremos conseguir y claridad en las conversaciones. Con educación incluso puede que las personas no estén de acuerdo pero porque hay claridad en las comunicaciones, le sigo. Buscar claridad, no certeza. La certeza al final provocará inseguridad.
Ser ágil. Cuando la Visión está bien comunicada, hay entendimiento de personas y misión, y claridad en las comunicaciones, no nos queda otra que actuar. Es un momento para no estancarnos, sino agilizarnos. Soltar prejuicios y dudas y diversificar nuestros procesos y maneras de afrontar los desafíos. Ser algo o muy valientes, tomar decisiones rápidas y a varios niveles y ponernos a prototipar nuevas ideas, fracasar rápidamente y seguir. Conectar con personas para compartir visiones o para que te provocan a reevaluar.
Tener la visión clara pero ser flexible en cómo llegues a ella. Las ideas no son más que ideas. Hasta que no los convertimos en acciones, pequeños o grandes, no estamos creando camino.
Entonces ¿Qué ves o sientes que si lo hablas podrías poner en marcha alguna acción distinta en los próximos días?
Como líder de personas o procesos ¿tienen clara la visión a largo plazo? ¿Cuál es su visión de futuro?
Cuando entras en diálogos y reuniones ¿cómo es la calidad de tu escucha? ¿Cómo lo podrías mejorar?
Cuando suena la alarma por la mañana ¿Qué sueles hacer? ¿Cómo te levantas? ¿Hacia dónde diriges la energía?
La gran mayoría de nosotros caemos en dos campos. El campo del atareado o el del meditado…
Cuando suena la alarma el atareado se despierta y empieza a ejecutar una serie de acciones… que llevarán a otra serie de acciones… baño, vestirse, correr… duchas, desayunos, niños, trabajo… que le llevarán a otras muchas acciones que terminarán cuando se vaya a la cama con el fin de ocuparse de la tarea de descansar.
El meditado se despierta lentamente estirando el cuerpo para dedicar un tiempo a la meditación, la reflexión, el ejercicio pausado, antes de arrancar el día con las personas, proyectos y tareas que le esperan… Pone su atención en las cosas importantes y termina el día con una pequeña reflexión o meditación antes de ir a la cama, agradeciendo el día y reconociendo los retos superados.
Cómo abordamos las victorias y desafíos del día está directamente relacionado con nuestra forma de entrar al día. ¿Por qué? Porque afrontar el día desde la intención me va a ayudar a dirigir bien la atención. Y si trabajo, vivo y interactúo desde la atención es más fácil que consiga lo que realmente quiero conseguir.
Imaginemos que cogemos el coche con la idea de ir a un sitio por primera vez, sin parar a pensar en la ruta, la duración, la preparación necesaria para ti o para el coche. Lo normal seria perderse un poco en el camino… Igual sí, igual no, pero… no sabes… pasas el viaje yendo de pueblo en pueblo con la esperanza de que al final llegarás… pero sin la seguridad… ¿Harías eso?
En estos momentos, cada día es complejo. Cada día también representa una pequeña victoria. Y surgen muchos factores que antes no nos influían tanto o que no veíamos. Lo sistémico empieza a estar más percibido. Somos conscientes del estado de salud de los familiares de nuestros compañeros, de los retos de nuestra empresa, de los protocolos de las escuelas de los vecinos, y el estado emocional en muchos casos está elevado.
Vamos. Hay muchas oportunidades para despistarnos.
Entonces, es un buen momento para avanzar en nuestra persona practicando la integración de la intención con la atención en nuestro día a día.
La intención se puede, de hecho, trabajar en muchos momentos del día.
Desde la mañana, me pregunto: ¿Qué es importante cuidar hoy? ¿Para qué va a ser hoy un buen día? ¿Qué es importante para mi hacer en el día de hoy?
En el trabajo o en mis tareas diarias ¿Qué es importante transmitir o clarificar? ¿Qué es lo mas importante en un día lleno de cosas importantes?
La atención, después, viene a ser el vehículo para asegurar que llevas a cabo eso que es importante. Para conseguir o comunicar o ejecutar esto que me importa ahora, ¿Dónde tengo que dirigir la atención? ¿Qué áreas de mi vida, mis procesos y mis relaciones necesito cuidar?
Cuando soy capaz de ver dónde me podría desviar de la atención, entonces soy consciente de dónde tengo que poner especial foco y energía. De esta forma incluso voy a poder anticipar desvíos y distracciones.
En una reunión donde la información es importante, pero el que la dirige me cae mal no estaré escuchando desde la curiosidad y la atención. Pero si antes de la reunión y al principio defino la intención, entonces es más probable que yo (y todos) enfoquemos la energía hacia estos “para qués” que son relevantes para todos. Muchísimas reuniones son pérdidas de tiempo debido a la pérdida de ATENCIÓN. Así la INTENCIÓN queda en los márgenes.
Fijarnos en la diana nos ayuda para agarrar la tierra firme del día a día. Para poder respirar y centrarnos cuando el día va o excesivamente bien o excesivamente mal… necesitamos cuidar la atención. Así es como vamos a poder seguir dando lo mejor de nosotros en los momentos más desafiantes. Así es como vas a poder acceder al superpoder de la presencia. Así es como vas a superar las crisis y ser referente para las personas.
Al final del día el atareado cae como un tronco o se queda allí pensando en lo que ha tenido que dejar para mañana. El meditado toma un momento para reflexionar y reconoce su satisfacción con lo que ha podido conseguir con la intención de hoy, y en qué le gustaría avanzar mañana…
Desde hace 6 años, casi todas las mañanas consigo hacer una pequeña rutina que me permite empezar el día de forma meditada e con la intención clara.
Tú ¿Qué haces para actuar desde lo mejor de ti? El mundo no necesita más “drama”. Necesita más integración. Más intención. Más consciencia. ¿Qué vas a hacer tu para liderar con el ejemplo, hoy?