Iñigo Odriozola
TAU Fundazioa
Plataforma Pobreza Cero de Donostia
TaUfundazioak indar eta ilusio handiarekin hasi nahi dio 2020-2021 ikasturteari. Batetik, mundu mailan dagoen arrakalaren ondorio sozio-ekonomikoak txikitzea helburu duten hainbat proiektu kudeatuz; eta bestetik sentsibilizazio-jarduerak landuz, hemen bizi garenoi pobretutako lurraldeen errealitatera hurbiltzeko.
Sentsibilizazio lan honen barruan aurten Afrika behar beharrezkotzat jotzen duen errealitatearen berri emateko kanpainak 20 urte beteko ditu. Hango errealitate eta kultura desberdinen berri aurrez aurre, elkartasunez eta ekitatez emateko, beti ere tonu positibo batean, Afrika behar beharrezko partzuergoak udazken honetarako hainbat ekitaldi eta ekintza antolatu ditu Nafarroan, eta lehenengo aldiz, Gipuzkoan.
El pasado 17 de octubre, un año más, conmemoramos globalmente el Día Internacional contra la Pobreza y la Exclusión. A nivel local, concretamente en Donostia, fue una conmemoración especial, dado que la Plataforma Pobreza Cero de esta localidad cumple 15 años de trabajo colectivo de denuncia y reivindicación contra la pobreza. TAU fundazioa fuimos una de las organizaciones que participó en la puesta en marcha de esta Plataforma y seguimos trabajando activamente y con ilusión en la misma, junto a otras 20 organizaciones y movimientos sociales. De hecho, aunque son muchos los desafíos que tenemos como sociedad, y más en el contexto de la actual emergencia sanitaria, la pobreza sigue siendo, desgraciadamente, la más dolorosa e injustificable pandemia global que requiere de nuestra acción social y política más urgente.
Desde su puesta en marcha, al calor de la campaña internacional para reivindicar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio aprobados por Naciones Unidas en el año 2020, durante este recorrido, la Plataforma, además de mostrar distintas expresiones de pobreza y exclusión en nuestro entorno y en otros lugares del planeta, hemos priorizado la identificación y denuncia de sus causas. Hemos comprendido que la lucha contra la pobreza, va más allá de aplicar la lógica del asistencialismo y la acción humanitaria, requiere de una voluntad política y ciudadana de cambio social, sustentada firmemente en los valores de equidad, justicia y derechos humanos.
Dado el carácter multidimensional de la pobreza, durante estos años hemos puesto el foco en aquellos temas que consideramos vitales en la lucha contra su erradicación. Revertir las desigualdades que sufren las mujeres debido a un sistema que las discrimina en todos los ámbitos y rincones del planeta. Reclamar la globalización de todos los derechos, como la educación y la salud. Denunciar las políticas anti migratorias que criminalizan a quienes huyen en busca de seguridad y una vida más digna. O visibilizar la importancia del cuidado de la naturaleza para erradicar la pobreza, frenando el cambio climático y transformando los modelos de producción y consumo basados en la expoliación de los recursos naturales y explotación de las personas.
Pero además de la protesta, desde la Plataforma hemos realizado el esfuerzo de la propuesta, socializando diversas alternativas e iniciativas reales de cambio (comercio justo, consumo responsable y de cercanía, finanzas éticas…) basadas en la cooperación, la búsqueda del bien común y la construcción desde lo local de otro modelo de desarrollo humano y sostenible más justo y solidario.
Hoy, 15 años después, una vez más conmemoramos el 17 de octubre, y lo hacemos en medio de una pandemia que además de crear una alerta sanitaria global, a originado una crisis económica y social que afectará especialmente a las personas y pueblos más vulnerables. Los datos son esclarecedores. A nivel local un estudio reciente del Gobierno Vasco revela que el barrio y la clase social son factores importantes que facilitan la transmisión del COVID-19. En las áreas con menos paro de Euskadi, el promedio de positivos por cien mil habitantes es de 509, en las de mayor desempleo, este promedio se dispara hasta los 1.091. Por lo tanto, las personas más pobres y con menos renta en tienen el doble de probabilidades de contagiarse que las ricas. Además la crisis económica que se prolongará en el tiempo, va a generar peores condiciones en las clases más bajas y esas peores condiciones van a empeorar su salud y condiciones de vida. En cuanto a incremento de la pobreza, Oxfam Intermon calcula que en el estado 700.000 personas pueden ser abocadas a la misma por la Covid-19 de las que en Euskadi serían 15.500 personas.
A nivel global, por primera vez en 20 años, crecerá la pobreza extrema y cerca de 115 millones de personas podrían sufrirla este año según datos del Banco Mundial. Además 55 millones de personas están en riesgo de hambre extrema en siete países del mundo: Yemen, la República Democrática del Congo, Nigeria, Burkina Faso, Afganistán, Sudán del Sur y Somalia. También, la emergencia del COVID-19 ha comprometido los esfuerzos y avances sanitarios realizados en el Sahel y África Subsahariana, frente a la lucha contra la malaria, el VIH y el paludismo. Según la OMS, el recuento estimado de muertes por paludismo en África subsahariana en 2020 llegaría a 769.000, el doble que en 2018.
Ante toda esta complicada situación, no debemos olvidar que todas las personas formamos una misma familia y planeta, y tal como nos recuerda la actual pandemia, la interdependencia y eco dependencia global es cada vez más evidente. El “sálvese quien pueda” no es una respuesta válida ante los problemas globales urgentes. Por ello, la propagación de la COVID-19 es también una oportunidad para seguir recordando que ante los problemas globales, debemos consensuar soluciones y políticas globales, desde la transformación personal y colectiva, y sin dejar a nadie atrás.
Por ello, durante la conmemoración del Día Internacional contra la Pobreza, desde la Plataforma, rescatamos el lema “Otro mundo sigue siendo necesario y posible, erradiquemos las desigualdades”, para reivindicar que la pobreza no es inevitable; que es cuestión de voluntad política; que es posible y urgente dar la vuelta al actual orden económico e institucional global neoliberal, responsable de su creación y perpetuación. Por ello, las instituciones públicas deben dar respuestas valientes y urgentes para paliar la situación de emergencia actual y sus múltiples crisis derivadas. En este sentido, es necesario destacar que esta emergencia nos ha reafirmado en la convicción que los cuidados y el sector público son esenciales. De hecho, al frente de la emergencia, liderando la respuesta sanitaria y social, nos encontramos a millones de personas trabajadoras (muchas de ellas mujeres) con sueldos bajos y condiciones precarias, pero que se han revelado imprescindibles. Garantizar sus derechos laborales y reconocer socialmente su labor debe estar dentro de las agendas de la reconstrucción social derivada de la crisis.
Asimismo, desde la Plataforma, consideramos que la ciudadanía puede contribuir a acabar con la pobreza y las desigualdades a través de la denuncia, la movilización, la participación social o a través de su día a día. Precisamente para dar cauce a la acción ciudadana, y al igual que en anteriores años, el mismo 17 de octubre a las 12:00 del mediodía realizamos una bici-marcha contra la pobreza que partiendo del Peine del Viento recorrió las calles de Donostia.
Además y con motivo del quince aniversario, se ha editado un vídeo denominado “Zero pobrezia: 15 años de lucha contra la pobreza en Donostia”, disponible en la web de la red (http://zeropobreziadonostia.blogspot.com/). Este es un vídeo hecho desde el cariño y compromiso de las organizaciones y personas que pertenecemos a la Plataforma, para dar a conocer los motivos y espíritu de colaboración de esta década y media, agradecer el apoyo ciudadano y abrir nuestra plataforma a que más personas y colectivos se sumen a este fin compartido de transformar nuestra sociedad. Conjuntamente, ahora más que nunca, urge avanzar hacia nuevos modelos de vida que pongan la vida en el centro, el respeto al medio ambiente, la equidad de género y en definitiva una vida digna para todas las personas.