Jose Ramon Beloki
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Byung-Chul Han,
La salvación de lo bello
Herder Editorial
ISBN: 9788425437588
La salvacion de lo bello, de Byung-Chul Han es un libro a cuya lectura ni invito ni dejo de invitar a los lectores de la revista Arantzazu. Intentaré explicarme.
Sobra la invitación, para empezar, para los fans del filósofo de origen coreano, o para simples interesados en sus ideas, como es mi caso. Le había leído, tiempo atrás, La sociedad de la transparencia. Me impactó. Hasta el punto que he recomendado su lectura en diversas ocasiones. De forma que cuando, días atrás, recibí la invitación de Aitor Sorreluz, para que leyera La salvacion de lo bello o, incluso, algún otro libro del mismo autor, no dudé.
Antes de sentarme a redactar este comentario, -dirigido sobre todo a no-fans del autor- diré que he leído, e incluso releído, el citado libro. Y, que, además, he leído también su última obra publicada Loa a la tierra, aunque mi comentario se centrará en el primero.
Byung-Chul Han es filósofo y ensayista. De forma que advierto, de entrada, a quien se anime a leer La salvacion de lo bello: va a tener que adentrarse en ese terreno poco habitual que llamamos filosofía, si bien, en el caso de Byun-Chul Han, se podría decir que se trata de un terreno que se mueve entre la filosofía, la espiritualidad y la poesía. En todo caso, el lector/a que se anime se verá en medio de una jerga filosófica, rodeado de filósofos y enfrentado a teorías filosóficas. No siempre le resultará un caminar cómodo. No lo ha sido, cuando menos, para mí.
Son varios, y diversos, en todo caso, los alicientes que he encontrado, y que el lector podrá encontrar, si se anima y empeña, en medio de esas dificultades e incomodidades.
La filosofía, ya se sabe, habla del ser humano y del mundo, pero lo hace desde una perspectiva que no es corriente en la vida diaria de la inmensa mayoría de los seres humanos. En este caso, de lo que viene a hablarnos Byung-Chul Han es de lo bello, de qué es lo bello para el ser humano, de cómo debe entenderse y, también, de cómo, de hecho, se entiende lo bello en la sociedad actual. Y todo ello desde la visión de una filosofía que, como el mismo define “no es otra cosa que amor a lo bello y bueno”.
Imposible recoger aquí en su complejidad y profundidad la concepción que tiene el autor sobre lo bello. Los términos en los que define y revindica la belleza, lo bello, sorprenderán y quizás, a ratos, hasta generarán una cierta sensación de perplejidad y confusión en buena parte de los lectores, entre los que me incluyo. He aquí algunos pocos ejemplos. “A la belleza le resulta esencial el ocultamiento”. “La negatividad del quebrantamiento es constitutiva de lo bello”. “El ideal de lo bello se sustrae a todo consumo”. “Lo bello es algo que hay delante y en lo cual desaparece toda forma de dependencia y coerción””. “Lo bello invita a demorarse”. “Lo bello promete libertad y reconciliación”. “Lo bueno culmina el resplandor de lo bello”. “Es el recuerdo lo que constituye la esencia de lo bello”. “La belleza, al igual que la verdad, es un acontecimiento narrativo”.
No resulta fácil caminar al paso del autor. Pero el camino que uno se ve obligado a recorrer con la lectura tiene un aliciente básico: el de sentirse interpelado, en todo momento, en la consideración de tantas y tantas cosas que acostumbran a presentarse como indiscutibles, buenas y bellas, en estos tiempos y que para Buyng-Chul Han están muy lejos de serlo.
La salvacion de lo bello es, de hecho, diría que sobre todo, un acto de rebelión contra la concepción imperante sobre lo bello en el mundo actual.
Refiriéndose a un mundo al que define como el mundo de la digitalización, de la interconexión, de la globalización y de la comunicación, afirma: “Hoy nos hallamos en una crisis de lo bello en la medida en que a éste se lo satina, convirtiéndolo en objeto de agrado, en objeto del “me gusta”, en algo arbitrario y placentero”. “Lo pulido, pulcro, liso e impecable” es, consecuentemente, “la seña de identidad de la época actual”. Se trata, por lo mismo, siempre según el autor, de una concepción de lo bello que vuelve al ser humano incapaz de “aquella experiencia de lo bello que conmocionaría la posición central del sujeto”. La belleza se habría vuelto un concepto “pornográfico” y “anestésico”. Se trataría de una belleza que “sufre menoscabo de toda trascendencia, de toda significancia, incluso de todo valor que capacitaría para, yendo más allá de lo meramente estético, acoplarse con lo ético y con lo político”. Una belleza, en resumen, reducida a ser “objeto de consumo y de agrado estético”.
El libro, en sus 110 páginas, es una interpelación constante y radical a esa forma de entender lo bello (y el mundo actual consiguientemente). Es justamente esa perspectiva de interpelación y de cuestionamiento radical del mundo actual –representado por los smartphones, redes sociales, sharing, iPhones, likes, selfies, etc.-, tan de moda en la actualidad, la que a mí personalmente más me ha interesado del libro. Diría incluso que me ha interesado más el hecho mismo del cuestionamiento, que una a una las respuestas e interpretaciones que el autor da a las diversas cuestiones concretas.
Como conclusión y mensaje central del autor podemos echar mano de la siguiente afirmación que entresacamos de Loa a la tierra: “En vista de la digitalización del mundo sería necesario devolver al mundo su romanticismo, redescubrir la tierra y su poética, devolverle la dignidad de lo misterioso, de lo bello, de lo sublime. Pero el medio digital destruye la tierra, esta maravillosa creación de Dios”.
Da qué pensar.