Queridísimos ciudadanos,
hoy más que nunca siento la necesidad de dirigirme a vosotros para compartir en un tiempo que jamás habíamos imaginado enfrentar. Un enemigo invisible ha afectado nuestras vidas, nuestros proyectos futuros, nuestras actividades institucionales y laborales y ha provocado miedo y desconcierto entre nosotros y nuestros seres queridos. Aun en la preocupación, debemos de ver esta gran prueba con una mirada profética: en los días de Pascua siempre habíamos tenido los santuarios, las calles y las plazas llenas de personas; ahora, en cambio, nos encontramos dentro una Asís vacía, que parece surrealista en su gran belleza casi privada de vida. Pensamos, antes que nada, en nuestros ciudadanos que están viviendo la prueba del COVID-19 en sus vidas y con sus seres queridos, reconociendo en sus personas a todos aquellos que, en Italia y en el mundo, han sufrido directamente esta pandemia.
Ahora comencemos juntos, sobria y humildemente, a pensar en el futuro: sé que es agobiante, siento todo el peso. Sin embargo, no podemos abandonarnos a la desolación: ¡Hoy es Pascua! Es la fiesta de la luz que ha vencido las tinieblas, fiesta de la vida, del ánimo y de la esperanza que vence el miedo. Recomencemos desde el amor de San Francisco que, desapropiándose de todo, se convirtió en un gigante de la Iglesia y de la espiritualidad universal, e hizo grande a nuestra Ciudad, en los siglos, en la historia y en la imaginación colectiva. Ahora más que nunca Asís, ciudad del patrón de Italia, será emblema de esperanza y de renacimiento para el mundo: en la autenticidad del mensaje franciscano podemos reencontrar la fuerza de la verdadera vida a través la solidaridad y la opción preferencial por los pobres y necesitados.
Hoy nuestro prójimo es nuestro vecino, que está enfermo, que está sólo, sintámonos todos al servicio de una Ciudad que debe encontrar la fuerza de renacer como “el sol que sale” para toda Italia. Porque Asís, tan pronto como sea posible, partirá con la fuerza que le deriva de ser la ciudad de San Francisco, ciudad-mensajera para toda la familia humana, escogida por el Papa Francisco también para cambiar la economía global, que ahora está demostrando toda su fragilidad. En esta emergencia sanitaria, económica y social, yo, como Alcaldesa, y toda la Administración, os invitamos a ser protagonistas de nuestro futuro: solo juntos con la solidaridad, la cohesión social, convirtiéndonos en una única familia, como comunidad unida y sólida, lograremos vencer este desafío y a renacer más fuertes. Acompaño este deseo con las palabras que nos gusta atribuir a san Francisco bendiciendo a Asís poco antes de su Tránsito
¡Asís tendrá penas, pero no perecerá jamás!
Os deseo a todos, ciudadanos de Asís, a vuestras familias y seres queridos, una Pascua de salud y esperanza, un profundo amor y confianza inquebrantable en todos vosotros.